Checa es un artista de retina alerta e hipersensible al que le conmueve la hermosa y cambiante epidermis cromática de la naturaleza; un pintor enamorado de lo más transitorio y fugaz del mundo en torno: la luz, el cielo, las nubes, el agua....y por lo mismo Checa es también y será siempre un paisajista que es lo que fueron, esencialmente, los antiguos y más puros afiliados al impresionismo. Pues en el arte de la pintura los paisajes más genuinos son los que reflejan la impresión, instantánea y emocionada, que el entorno produce en un artista receptivo, en un espíritu capaz de devolver, como un eco, el impacto estético de alguna mágica parcela de la inagotable naturaleza.

Adolfo de Azcárraga del libro de la Caja de Ahorros de Valencia, "Arte y artistas valencianos".